Recuerdo, cuando era casi un niño, que deseaba viajar en el tiempo para evitar hacer las “cagadas” que me mandaba casi a diario y que en general implicaban algún castigo. Con el tiempo y al ver imposibilitada esa posibilidad, ante las grandes “macanas” solía pensar que mi propia muerte era la solución más conveniente para evadir el lío provocado, pero no debo haberlo pensado en serio ya que nunca intenté, como pensaba en mis treces, tirarme bajo el colectivo de la línea 3 que pasaba por la puerta de mi casa.
La vida adolescente me fue quitando esos pensamientos (y de los otros también) y durante algunos años nada lograba preocuparme demasiado.
Hasta que vi la película de James Cameron “The Terminator” o “Terminator” como se llamó en Argentina a mediados de los 80. Arnold Schwarzenegger hacía de un robot que venía del futuro para evitar que naciera John Connor, hijo de Sarah Connor, una linda Linda Hamilton que al final es igual a Sandra Bullock pero un poco más “heavy”. Por supuesto que atrás del robot, el propio John (desde el futuro) había mandado a su amigo a defender a su madre, sabiendo que terminarían revolcándose y engendrando al futuro héroe de la resistencia contra las máquinas que en el futuro ganarían inteligencia propia aunque artificial y dominarían el mundo.
A partir de Terminador volví a fantasear con los viajes en el tiempo y la posibilidad (o imposibilidad) de cambiar el futuro a través del pasado, porque está comprobado que el pasado se puede cambiar desde el futuro, aunque no nos damos cuenta porque lo que pasa depende de lo que ya pasó y más aun de lo que pasará.
Los enramados vericuetos del cerebro generan teorías que se expanden de la misma forma que los espejos enfrentados, o sea hasta el infinito.
El tema pasado-presente-futuro como elementos que juegan entre sí, confunde mucho, incluso no estoy seguro que mí presente sea el mismo que el de mi vecino, el de mi hija o el de mi mujer.
Después de varios años, de la mano de mi hija, el tema volvió a mi cabeza gracias a “The last mimzy”, donde a fuerza de muchas preguntas tuve que hacer un esfuerzo (gráficos incluidos) para explicar el “tiempo” de una manera didáctica y poco convincente para mí, aunque mi pequeña quedó conforme. Así y todo, que de vez en cuando siente unos socavones al respecto y me los comenta.
Me imagino al mundo como una suma de presentes paralelos e invisibles que casi nunca se juntan y que conviven más allá de lo que mi cerebro (y el de la mayoría) puede comprender. Al igual que muchos aceptan dogmas de fe sin cuestionarse demasiado, yo acepto eso como una verdad, el pasado y el futuro están en el exacto lugar que piso, pero en otra dimensión imperceptible para mis sentidos.
La película Deja Vu, de Tony Scott pero con el sello de Jerry Bruckheimer habla sobre eso. Si bien decae en el final, la trama es interesante. Por accidente, unos científicos descubren la posibilidad de ver un pasado paralelo a una distancia de cuatro días y medio en el tiempo y con eso investigan los crímenes, con una contra: luego de 4 días y medio descubrir al criminal suele resultar tarde.
El interrogante, al igual que en las tres “Terminator” es si es posible cambiar el futuro volviendo al pasado, en la trilogía del gobernador de California parece que no, en Deja Vu se deja abierta la posibilidad de poder cambiar un poco, aunque torciendo un poco las cosas y por eso remarco que el final deja algunos baches.
Borges nos contó de un Aleph, Ana Belén de “La puerta de Alcalá”, Mempo Giardinelli de la suma de toda la literatura y Pablo milanés del tiempo que pasa y nos ponemos viejos. Yo no quiero ser menos. Claro que tendrán que esperar unos años, pero no es para preocuparse, en realidad ya está hecho pero todavía no lo escribí.
Cruz J. Saubidet®
Blog de un escéptico servidor. "Creo que el kiwi no es una fruta" "Capaz si llegaron es porque transaron y si se mantuvieron es porque a muchos cag*ron." "Creo que Argentina ya no es lo que era, pero a mí me alcanza" "Me gusta más criticar que ser criticado, pero me controlo" "Está mal, pero para ponderar, me quedo callado"
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4 comentarios:
No sé porqué, pero comparto la creencia y la sensación de que los tiempos...pasado, presente y futuro...conviven al unísono...porfa a ver si escribes lo que prometiste y tal vez podamos vislumbrar cómo acceder a esos momentos a los que no podemos hoy...jeje
Me encanta pensar en el tiempo así que me gustó muchooooo este post.
Un beso
A lo mejor, influya el hecho de que desde niños nos han hecho creer que el tiempo es una magnitud irreversible.... pero yo veo el tiempo como el conjunto de todas las experiencias que nos pasan, ya que eso es lo que somos los humanos....todas nuestras experiencia.
Esto es algo que realmente me intriga, pero te prometo que si encuentro la mágica respuesta a esta magnitud y su funcionamiento, te la haré llegar.......
caray, ese tema es muy interesante; desde haca rato que que me gusta pensarlo. Quizá todo empezó cuando vi las de Volver al Futuro que andan por la misma onda viajera.
Muy interesante sitio, saludos!
No pienso refutarte nada. En todo caso sumarte algunos delirios propios. Porque es tan limitada nuestra mente para entender lo que en realidad son el tiempo y el espacio (El espacio parece tan sencillo, pero también se las trae!) que en vez de armar algún sistema lógico más vale (me parece) sumar delirios y aceptar que la realidad no es otra cosa que la suma de todos los deliros posibles.(Incluso los razonables!)(Aunque no sean los más simpáticos)
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