agosto 09, 2011

La poesía homosexual y la genialidad de Bolaño

Todos alguna vez escribimos versos y nos creímos poetas, no reneguemos de ello.
No existe la poesía de machos, para escribir rimas nuestro lado femenino debe aflorar y eso está bien porque andar impostando masculinidad a toda hora suele ser cansador.

A veces los grandes escritores nos hacen creer que fuimos usurpados de alguna idea, posiblemente eso no sea cierto y el hecho de que creamos que lo que escribió alguien nosotros ya lo habiamos pensado sea simplemente la habilidad del autor mezclada con nuestro deseo de parecernos a él. Eso me ha pasado con el difunto Roberto Bolaño. En el primer capitulo de la novela "los sinsabores de un verdadero policía" habla de los poetas de la siguiente manera:

"Para Padilla, recordaba Amalfitano, existía literatura heterosexual, homosexual y bisexual. Las novelas, generalmente, eran heterosexuales. La poesía, en cambio, era absolutamente homosexual. Dentro del inmenso océano de esta distinguía varias corrientes: maricones, maricas, mar-iquitas, locas, bujarrones, mariposas, ninfos y filenos. Las dos corrientes mayores, sin embargo, eran la de los maricones y la de los maricas. Walt Whitman, por ejemplo, era un poeta maricón. Pablo Neruda, un poeta marica. William Blake era maricón, sin asomo de duda, y Octavio Paz marica. Borges era fileno, es decir de improviso podía ser maricón y de improviso simplemente asexual. Rubén Darío era una loca, de hecho la reina y el paradigma de las locas (...) Cernuda, el querido Cernuda, era un ninfo y en ocasiones de gran amargura un poeta maricón, mientras que Guillen, Aleixandre y Alberti podían ser considerados mariquita, bujarrón y marica respectivamente...."

Cruz J. Saubidet®