abril 04, 2016

La mentira de la masculinidad musical y otras yerbas (Cada vez menos objetivo)

Todo se achica o agranda según el entorno y el momento. Hay días en los que todo lo que cuatro días atrás me importaba y enojaba, me parece una huevada. Creo que se llama “enfoque de prioridades” o al menos es el nombre que yo usaría de ser psicólogo, sociólogo o barman. Pero hoy no es uno de esos días y continuo pensando nimiedades.
Puedo pensar en muchas cosas pendientes que deberían ocupar mi cabeza, llamémosle preparar los impuestos del 2015, refinanciar la hipoteca, pagar el teléfono, terminar mi novela, preparar mis clases. Podría preocuparme por cómo estarán mis hijos en la escuela, si se mojaron al bajar del bus o si el almuerzo les será suficiente. En realidad siempre estoy preocupado por esas cosas y ahora también, pero son esas preocupaciones permanentes que ya forman parte de mi personalidad. Los hijos te obligan a vivir aterrorizado 24/7 pero eso es otro tema que debería tratar en terapia si hiciera alguna, eso y el temita de Richard Tyson o mi desinterés por los negocios o el desperdicio de mi capacidad psíquica o como usar el don de calcular un litro de agua a ojo nomás.
Puedo enojarme con lo del #panamapapers, pero la verdad es que no me sorprende y como vengo diciendo hace rato lo del contrabando de autos fue suficiente para desconfiar del presidente.
Algo que tiene ocupada mi mente desde hace unos quince minutos en el tema de la clasificación de muchos argentinos de la sexualidad de acuerdo a la música que se aprecia.
Que Babasónicos es de putos, que Arjona es para minas poco agraciadas, que La Renga es para machotes. Que Maroon5 es de putos, que Jason Mraz es para millennials rellenitas y AC-DC es para machotes. Que Maná es para putos, que Sandro es para señoras gorditas y Motorhead es para machotes.
Otra clasificación podría ser que Sabina es para aburridos, Roxette para divertidos y Pantera es para machotes. Que “Pedro y Pablo” es para aburridos, Calamaro para divertidos y Pappo es para machotes. Que Baglietto es para aburridos, Miranda para divertidos y Almafuerte es para machotes. Que Spinetta es para aburridos, Tan Biónica para divertidos y Los Redondos son para machotes.
Las mentes más avezadas se habrán dado cuenta que apunto hacia la música para “machotes” que sin lugar a dudas necesita una vuelta de tuerca y una aclaración. No existe tal cosa. El rock duro, o pesado, o trash es definitivamente el opuesto a la masculinidad, elemento innecesario si los hay pero que todavía es considerado una “cualidad” en algunos círculos. Veamos: unos tipos en un escenario, con ropa ajustada y de cuero a veces, pelo largo y gritando me parecen lejanos al concepto social de “machote”. Observemos al público fanático, un grupo de muchachos de aspecto similar a los del escenario pero en este caso saltando, chocándose, moviéndose desaforados, cantando y transpirando, me recuerda más a una orgía homosexual que a un grupo de “machotes”
Creo que la música no puede ser un elemento indicador de la masculinidad, cada quien encuentra el estilo que le hace bien y que su espíritu necesita para digerir los malos tragos o para reafirmar los buenos. El arte no debería ser nunca algo ligado a las preferencias sexuales, y si lo estuviera, no debería haber prejuicios que nos limiten el disfrute por ese tema.

La masculinidad no es una cualidad ni un defecto, es un mandato social que ha producido bastante daño en las almas sensibles de este mundo.