mayo 29, 2015

Stand Up de un humilde servidor. Hoy: la Risa

La risa es la reafirmación de estar pasándola bien. Cagarse de risa es reírse con liviandad estomacal, sin molestias gastrointestinales, sin apuro tal vez. A su vez es algo incontrolable, accidental, que deja oscuras secuelas y necesita de una pronta limpieza.
Es muy complicado determinar si cagarse de risa es algo positivo o negativo, aunque en mi caso suele tender a lo segundo.
Una vez, le dije a mi mujer después de una reunión con amigos, que hacia años que no me cagaba tanto de risa. Lo que fue un comentario inocente fue tomado como una agresión hacia ella; “Claro, conmigo te aburrís, te hubieras casado con Malena Pichot si querías reírte sin parar, no sé qué haces conmigo si ni siquiera te hago reír” y sigue y sigue “Debe ser horrible vivir con alguien tan apagado, ¿no?, tan embolante como yo, etc, etc….

Esos comentarios suelen dejarme en un callejón sin salida, de tres posibles reacciones y todas ellas erróneas. Puedo guardar silencio y ella dirá: “Ves que tengo razón”; puedo negar punto por punto y sonar poco creíble o puedo afirmar sus declaraciones y generar una pelea que nos mantendría enojados por varios días. ¡Ninguna sirve! Todas las posibles reacciones son una mierda, todas excepto tirarme un pedo bien fuerte y en lo posible muy oloroso y con eso cambiar el foco de atención hacia reproches mucho más sostenibles. Porque un pedo causa enojo, pero dada su esencia efímera se diluye rápidamente.  Quince años de matrimonio me han enseñado que la única forma de evitar peleas intrascendentes es tirarme pedos fuertes y olorosos. Por suerte, como buen macho que soy, siempre tengo un gas a las vueltas esperando salir y que internamente me hace cagar de risa y me libra del pecado.