junio 25, 2006

Sobre Muerte y Mujeres (Diálogos conmigo mismo)- REPUBL-


La muerte se agazapa, cada tanto, tras las cortinas del vecino. Sabemos que anda cerca, no es el olor ni el temor, es una mezcla de seguridad e incertidumbre, ya que percibimos su vecindad pero como está difusa en la semioscuridad del telón necesitamos pensar que se trata de otra cosa.
La muerte llega pronto, si lo supiéramos a conciencia ocuparíamos nuestro tiempo de cosas importantes y nos cansaríamos más en pos de ser felices. Pero claro, cuando la veamos cerca tal vez el cuerpo ya no nos de la mano necesaria para los requerimientos espirituales.
La muerte tiene la maldita costumbre de encontrarnos en falta con el difunto.
La muerte carece de empatía. ¿Cómo ponernos en el lugar de un muerto?
La muerte le llega pronto a nuestros abuelos, en lo posible al poco tiempo de hacernos amigos, o bien, en medio de un enfriamiento de la relación. ¡Y no le llega nunca a aquellos viejos de mierda que no saludan y demoran media hora en subir o bajar del ascensor!
Nuestro amigo encuentra la muerte sin siquiera habernos contado que la buscaba hacía tiempo. ¿Y si fueron nuestras charlas las que lo terminaron de convencer? Nunca lo sabremos.
La muerte a veces sorprende, y eso duele, lo inesperado, el riesgo que no parecía tal cosa y lo era, el viaje de placer transformado en tragedia, el auto que se subió a la vereda y atropelló a un transeúnte, la anestesia errónea en una operación sencilla, el pozo sin tapa, el golpe en la nuca luego de un tropezón, el disparo de un asaltante pasado de droga, etc. etc. etc.
La vida misma es una parábola donde el temor a la muerte se acerca para luego alejarse en los años de madurez. ¿Dónde está el foco de la parábola? ¿En que momento nuestro concepto de omnipotencia llega a su punto de menor temor a la muerte?
¡Quien lo supiera y me avisara! Creo que estoy todavía en la etapa de perdida de miedo, supongo que el foco se dará en cuanto me diga: Cruz, empezá a cuidarte que querés vivir.
-A la mierda ¡Cómo vinimos hoy!
-No estoy de humor para que me hinche demasiado las bolas.
-Ya me di cuenta, no se preocupe. ¿A que viene todo este tema de la muerte? ¿Está enfermo?
-No creo, o al menos no mucho. Me afectaron algunos acontecimientos informativos, pero establezco como base el hecho de haber soñado con mi abuela.
-Mire usted, que le puedo decir, aleje la muerte de aquí.
-Mejor la alejamos y hablamos de otra cosa. Anoche vi por primera vez(tal vez última) “The bachelor”.
-Ah, el del tipo que se levanta como 25 minas y se las empoma a todas.
-Algo así, el muchacho en cuestión debe elegir entre 13 jóvenes casaderas (originalmente son 25, pero a la media hora debe echar a 12) a la mujer con la que se presentaría ante el altar.
-¡Yo quiero ir! Sabe lo que sería, hay que probar a todas.
-No se haga ilusiones, hay que ser “Handsome & Professional” y usted no es ninguna de las dos cosas. Aparte yanqui, no se olvide que su inglés deja bastante que desear.
-No sea agresivo. Debe haber una versión latina.
-La hubo un año atrás,se llamaba "el príncipe azul" o algo así. También a la inversa, una joven dominicana debía optar entre 25 ¿apuestos? muchachos latinos. Pero no fueron propuestas exitosas .
-¡Usted siempre desprestigiando a la comunidad latina!
-¿Cómo desprestigiar a otra si es a la única que al menos le entiendo lo que habla?
-O sea que critica de ignorante.
-Llámelo como quiera. Pero le aseguro que daba un poquito de vergüenza ajena. La estupidez en otro idioma vaya y pase, pero en español la siento como algo personal.
-¿Tan malo era?
-Definitivamente sí, era horrible, de mal gusto. ¿Por qué las mujeres latinas tienen que “engatecerse” para sentirse bellas?
-¿Engatecerse? ¡Nuevo vocabulario saubideteano!
-Significa mal gusto, exuberancia, aspecto casquivano, rameril, ropa ordinaria y ajustada, etc.
-Se ve que el gusto latino prima esas condiciones sobre otras.
-¿Yo no soy latino acaso? Yo acepto que me atrae cierta exuberancia, pechos prominentes, colas carnosas, pero después hay que decir la frase “mamá te presento a mi novia” y, quizá peco de anticuado o snob, prefiero una mujer bien vestida que una con ropa ajustada y colorinche. Me gusta que la mujer camine con suavidad y de ninguna manera soportaría convivir con una dama gritona.
-Resultó medio “finoli” usted al final. ¡Cómo no le van a gustar esas mujeres!
-Me gustan, claro que sí, pero prefiero las otras. A demás me gusta la mujer inteligente, con cierta cultura y sentido común.
-Está bien, pero en lo profundo de su ser no le gustaría estar ahí, rodeado de bellezas dispuestas a todo por tenerlo entre las piernas.
-Supongo que sí, aunque no se olvide que hay que conversarles también.
-Siempre un tiene “aunque”. “Déjese de joder”
-Vio que tengo razón, ni siquiera en tema mujeres coincidimos, usted siempre “hablemos de minas, hablemos de minas” hoy le cambié la muerte por las minas y tampoco llegamos a un punto de concordancia.
-Mejor así Saubidet. ¿De que escribiríamos entonces?


Cruz J. Saubidet®

6 comentarios:

Javier dijo...

Hablar de mujeres es un tema inagotable, saludos.

Gabriela Monroy Calva dijo...

Y hablar con mujeres..., de una en una porque nos ponemos celosas
jejeje
Un abrazo, siempre un deleite leerte
Gab

Javier Montero dijo...

muy interesnte tu blog

saludos...

Pato dijo...
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Pato dijo...

Le decía a un amigo que me pasa con las mujeres algo parecido con algunas teorías de la sociedad: de una u otra manera me terminan gustando todas, a todas les saco algo de bueno (a algunas más que otras claro).
La muerte en el tarot puede ser cambio, cambio de mujer, cambio de situación sentimental, económica, geográfica, etc. el resto depende del tipo de tiradas que hagamos pero bahh, eso no importa.

saludos y totalmente de acuerdo con el artículo de arriba,un robo, pobres australianos, eso ya es típico de los italianos

Eduardo Avila dijo...

Toda tiene lo suyo, solo tomemos lo mejor de cada una.... y hagamos la nuestra !!!! jejej