enero 17, 2006

Sobre chismes e insultos (Diálogos conmigo mismo)


Yo debería escribir el epílogo de mi novela en lugar de seguir haciendo esto, hace una semana que tengo la certeza de haberla finalizado. Solo me resta el remate y me escapo por la tangente. Tengo muchísimas ganas de escribir sobre todo menos el final de la historia que tantos meses de trabajo me ha llevado. Algo me frena, mi furia literaria busca otros caminos. Terminar una novela para un pelagatos como yo significa el comienzo de un periplo más hamacado que un tren diría Sabina. Pero creo que por algo son las cosas y este blog significa la descarga que no me regala la vida cotidiana.
También está la política, el foco que me impulsó a escribir, y sus bemoles, que voy retomando poco a poco. Es distinto desde aquí, el abanico es mayor y, aunque sigo de alguna manera en “mi” Argentina, Latinoamérica se empeña en tomarme de ciudadano. Las aguas suenan agitadas aquí y allá, en el México que mi amigo Pablo me acerca en cada encuentro, en la Venezuela de Gustavo, Vicente y mucha gente del diario, en la Honduras a la que mi amigo Martín quiere volver, en el Perú de Francisco, Rosa y José, en la Colombia de Luz, Jorge, Marcelo y Joseph, en la Nicaragua que Daisy no puede olvidar, en la Bolivia Cruceña del faraón Román, y podría seguir relatando nombres durante un largo rato.
Pero no debo olvidar el humor, allí me vuelvo muy argentino, no un argentino popular lleno de ches y boluuudo, sino un compatriota de esos que supe elegir como amigos y con los que compartí casi toda mi vida.
-Alguien anda extrañando o me parece.
-Ya van dos años, un poco se extraña. Pero viene y se va, no se preocupe, se me pasa durmiendo.
-Está bien si extraña, no es menos hombre por eso.
-Sabe, hablando de eso, hoy me llamaron “mariquita cibernética” y “chismoso intrascendente”.
-¡Uhhhhh! A usted le dijeron eso, que anda desparramando la masculinidad a diestra y siniestra. ¡Ja!
-Debo admitir que puede ser que me haya expresado de manera suave, pero no justificaba los improperios que me prodigó esa supuesta señora.
-Cuénteme, si no le molesta el recuerdo.
-No me molesta, incluso me hace gracia. Todo empezó un mes atrás cuando mi compañero del periódico Vicente escribió una despiadada crítica a Shakira. Por supuesto generó cierto debate en el foro donde se caldearon algunos ánimos pero nada fuera de lo normal.
-¿A usted le gusta Shakira?
-Me gustan algunas canciones, no tengo ningún disco pero canta lindo. Hasta ahí todo normal, pero ayer a la noche, encuentro en el foro un nuevo tena de discusión llamado “Todos los trucos de la "shaki" los describo aqui” y al entrar leo un post de una persona que despotricaba de una manera diría personal contra la cantante.
-Y se enojó, como siempre que la gente habla un poco al pedo.
-Yo no diría enojo, me generó una especie de lástima y, como soy medio huevón, no pude evitar probar el carácter de la doña. Digo doña porque por su manera de escribir me sabe a señora medio gorda que mira los programas de chimentos de los canales latinos.
-Usted es muy malo Saubidet, ¿qué le dijo?
-Nada, solo le pregunté si la cantante le debía plata o si existía una razón lógica para tanta ira. Ah, también lo cité a Dolina y la comparé con los refutadotes de leyendas.
-¿Solo eso?
-Bueno, le tomé el pelo por remarcar que ese post también lo había escrito en el foro de la cantante en UNIVISION.
-Sus comentarios me suenan un poco maracas, discúlpeme que se lo diga.
-Que se yo, un poco puede ser, tal vez fui suave, pero la doña, a pesar que hizo gala de sus oídos sordos para con las críticas a su post, no pudo refrenar el impulso de insultarme. Creo que ahí calculé que no era alguien jóven, escribió “Dios la bendiga” y me hizo acordar a una señora mayor que era fanática de Palito Ortega.
-Se está poniendo malo usted.
-Usted se olvida lo que me dijo esa agresiva señora. De un momento a otro descargó contra mí la carga de ira que le había ofrecido a Shakira. Por otro lado, mi amiga, no logró comprender que Shakira “me nefrega”, lo que me llamaba realmente la atención era la energía que le ponía a la crítica.
-¿Y en que quedó el tema?
-En nada, yo le respondí de la mejor manera posible y quizás mañana tenga alguna novedad.
-Mariquita cibernética, chismoso intrascendente, Ja.
-No se me haga el canchero, me parece que fue usted el que escribió el post.


Cruz Joaquin Saubidet
Enero 17, 2006

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jajajaja, me he reído demasiado con el cuento de la chica o "doña" de Shakira... es verdad, te insultó y nunca entendí la razón, no me pareció que hiciste un comentario grosero, incluso yo pensé exactamente lo mismo que tú...
Bueno, bloggers de bloggers...

Siempre disfruto leerte,

Kristin