En Argentina se le llama el día de la raza, y nunca entendí la causa.
El descubrimiento de América por Cristóbal Colón ha llevado a la gente a alabar y despotricar la conquista posterior. Pero al fin de cuentas, la imagen de Cristóbal largándose a la inmensidad del océano Atlántico con unos mapas erróneos y llegando a unas islas que eran el paso hacia un continente gigantesco y rico, es muy interesante y rescatable. Lo que vino después es otra historia y no tengo muchas ganas de nombrarla.
Eso es todo lo que escribiré aquí esta semana, no hablaré de Bush, de Kirchner, de Chávez y Rosales, de Lula y Alckmin, de Corea del norte y los misiles, de medio oriente, de El Líbano e Israel, de Mahoma, el papa, Irán, accidentes aéreos, etc. etc. ¿Para que? Si ni siquiera tengo muchas ganas de escribir poemas.
¿Qué tienen que ver esto con la poesía? Casi nada, aunque he escuchado algunos versos en relación al descubridor genoves.
Hoy voy a escribir un verso, en lo posible amargo, rustico y triste. Un verso que explore en las profundidades del ser y se remonte hacia el infinito de las profundas ideas de las nostalgias y las preguntas sin respuestas.
Tiempo atrás escribí un manual práctico para escribir versitos, aunque creo que no me ha ayudado mucho en este. Pero como decía mi abuela (y yo le creía porque las abuelas no mienten) “¡Que lindos versos escribe Cruz!” Si bien ella fue la única, confío en la experiencia de sus años y en los vientos a favor de su sordera.
Tantos ¿por que? Marcaban el camino
Con miles de vallas de ecuaciones
De cálculos remotos, situaciones
De rencores por no haberlas vivido.
De preguntas va siendo el recorrido,
De frágiles respuestas las pisadas,
De recuerdos de noches muy pasadas
De soles que de brillo me cegaron
De ojos que de abiertos se cerraron
Y dejaron vacías las miradas.
Y los porques seguían molestando
Y las noches se alargaban cada día,
Y pensaba que haciendo lo que hacía
Poco a poco lo estaba superando.
Pero pasaba que no estaba pasando,
Aquello que frenaba mis latidos,
Aquello que buscaba mil sentidos
Poco a poco volvía y se quedaba,
Y con huellas de fuego me marcaba,
Tirando por la borda lo vivido.
Porque nostalgia es el cuerpo del dilema,
Porque de nada sirven las respuestas,
Que de tan simples quedan inconexas
Y no llegan al foco del problema.
Porque podemos quizás cambiar de tema,
Y podemos mejorar una sonrisa
Y podemos pensar que son caricias
Los momentos de algunas alegrías
Hasta que regresa la estampida
De ¿por que?, nostalgias y porfías.
Cruz Joaquín Saubidet®
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5 comentarios:
Nostalgias y porfías una buena síntesis universal, casi tanguera, pero no entiendo porqué tenés que pedir mil perdones, ah! es porque sos un muchacho educado. Bien. Sos un poeta egresado de la universidad de la calle o de la blogosfera, es lo mismo.
Martín, es cierto que suena medio tanguero, pero que le voy a hacer.
No soy poeta, por ende no tengo lugar de egreso.
Lo de mil perdones a mí tambien me choca, lo coloqué para rematar el verso de la peor manera, creo que lo voy a sacar.
Gracias por la visita
tenia razon su abuela, to no escribo versos pero ni borracho...saludos sr..
Me gustó Cruz!!
Será porque estoy con depre??
Un abrazo grande y ya puedes visitar mi lado oculto.
Anita.
A mi me gusto¡ He dicho.
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