No me gusta hablar de ecología por dos motivos, sé poco acerca del tema y me aburren los manifestantes ecologistas. Sin embargo, mi súper yo, al que llamo “Merele” por razones que no vienen al caso, suele despertarse con ínfulas ecologistas y me transmite elementos estremecedores al respecto.
Al igual que muchos, yo pienso que la mayoría de las organizaciones ecologistas no cumplen un rol importante en el mundo de estos días. La razón es simple, apuntan el chorro para lugares incorrectos o bien no logran llegar a las personas con las posibilidades de realizar los cambios.
Así y todo no me parece mal separar la basura ni tirar las pilas usadas en lugares habilitados al respecto, pero, ese granito de arena se verá tapado de médanos oscuros producidos por empresarios y gobiernos faltos de decisión a futuro.
Sí pero no, diría mi yo llamado Merele, la solución a los problemas ecológicos no está en las ideas de Greenpeace, allá ellos sacando dinero a la gente para hacerla sentir que contribuye a algo, allá la gente común que considera que ser ecologista el políticamente correcto y que pagando la cuota ayudan al mundo.
Anoche al acostarme apareció Merele con un ímpetu desconocido, suele agarrarme medio dormido como para que no lo refute demasiado y, como a un loco, me insufla ideas faltas de sentido. En general no le presto atención, pero anoche me ofreció un par de elementos que si bien son faltos de lógica y pragmatismo, me parecieron menos locos que otros.
“Las grandes ciudades no deberían consumir ningún tipo de producto robado a la naturaleza y que no lleve consigo un proceso de producción, en lo posible costoso”
No está mal, justo ahora hablan de los problemas de reservas de peces, no podrían consumirse peces, ni talar bosques naturales para producir muebles o papel, ni comprar frutas o hierbas silvestres en los supermercados, ni comerciar productos de marfil ni tomar agua mineral de manantiales, ni cremas de algas, etc. Por mí no hay problema, dije, me gusta la idea porque no es extremista, si quieren pescado vayan a un pueblito portuario y si quieren agüita pura y fresca vayan y caminen por la montaña, que un poco de ejercicio no les vendrá mal.
La segunda idea era un poco más excéntrica, no por eso menos interesante:
“El petróleo es el combustible de la tierra” Hasta ahí bien, no sonaba muy loco, el petróleo es el combustible que mueve casi todo lo que gira en esta tierra, pero no, Merele no suele ser simple:
“El petróleo es el elemento que hace mover al planeta Tierra, es el combustible que permite a muestro mundo no solo girar sobre su eje sino también mantener fríos los cascos polares y calientes los trópicos, el sol ayuda, desde ya, pero es el petróleo el que circula por entre las capas teutónicas y permite que el planeta funciones de forma correcta. El calentamiento de los glaciares se debe a la falta de combustible del planeta, la chatura de los polos es la causante de que se haya vaciado primero esa parte, pero en los próximos cuarenta o cincuenta años se sentirá en otras latitudes y los efectos serán desastrosos. Cuando quede muy poco, notaremos que los días comenzarán a durar 25, 26, 27, 30 horas, la velocidad decrecerá hasta que el mundo deje de girar y en ese momento tendrán iguales problemas los que queden de un lado u otro de la luz del sol”
Le pregunté que tipo de asidero científico tenía la teoría, pero ya se había ido, dejándome la sensación amarga de que su teoría era carente de toda validez. Pero hoy me desperté con la idea fresca aún y decidí escribirla al menos para que quede asentado, si llegara a pasar algo de eso, que Merele y yo les avisamos con tiempo.
Cruz J. Saubidet®
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10 comentarios:
Aunque se sabe que el petróleo no es realmente el combustible de la tierra (quizás "Merele" se refería al magma, aunque quién entiende al subconsciente... o debería decir súperconsciente?), encuentro interesante y entretenido tu comentario. Saludos.
Ya noas cargo la chingada, bueno a mis hijos.Yo no pienso vivir mas alla de otros 20 años.No me imagino estorbando y sufriendo a lo pendejo.
Saludos.
PD. Y que Merele aporte brillantes pensamiento mas seguido.!aPRENDA SR!..! APRENDDAAA!!!...JAJAJA
Ese Merele es todo un sabio., je.
Tienes razón Cruz, esto de la ecologìa se ha vuelto un gran negocio para muchos, pero es lo menos que se podìa esperar en estos tiempos, si al hombre ya no le preocupa su propia especie, olvidèmonos de que le preocupen otras.
UN BESO.
no hay ideologias en este mudno, hay negocios perfumados de ideologias
saludos
Y a mi qué mierda me importa por dios, me voy a morir antes...
Eso dijeron todos los Industriales de los 50...que se hacian esas mansiones enormes. Que hijos de puta.
Un saludo loco
Visita mi mierda si podes y si no no importa, chaus!
Cruz, como siempre profundo y contundente.
Un gran saludo.
A lo mejor Merele no es tu superyo, sino una aparición del ángel exterminador. Si alguna vez te decides y fundas una secta en su nombre, avísame: te prometo que quitaré la suscripción de green peace y te enviaré el dinero.
Los ecologistas son divertidos. Nada como estar en un “drum circle”, tocando guitarra, alienado de la realidad y fumando mota de la buena. Cuenten conmigo… ¿Cuándo es la próxima reunión? Vamos a cambiar el mundooooooo……… Sí podeeeeeeemos…. Veo la puerta a la tercera dimensióooooon…
Me ha gustado tu página y creo que me ha ganado la curiosidad por leer más,pero claro,poco a poco... Ese Merele me cautivó con su franqueza e imaginación... ;)
Pues es posible que haya mucho ecologista con el punto de mira desviado y que Merele tenga parte de razón, pero yo sigo confiando en que el cambio propio, el personal, ese que hace que separemos la basura o que dejemos de comprar determinado producto porque contamina más, creo que ese cambio sí es importante.
Hay que pensar que nuestro cambio afectará a nuestros hijos y ellos serán los dirigentes del futuro que podrán llevar a cabo los cambios.
Y para aquellos que dicen que no les importa, les diré que supongo que tampoco les importan sus hijos ni los hijos de sus amigos, ni sus sobrinos,...
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