¿Qué le vas a dejar a tus hijos?
Lo que no llegue a gastar antes de espichar.
Es una respuesta por demás de simple. No me interesa que mis hijos sigan mis pasos, no quiero cargarlos con la incordiosa necesidad de ser algo parecido a lo que yo soy y, mucho menos, quiero que me tomen como un ejemplo a seguir en sus acciones de vida.
¡Qué ejemplo voy a ser yo! Y no es que me haya ido mal en la vida, considero que de acuerdo al esfuerzo mis logros han sido demasiados, pero eso no tiene nada que ver con ser ejemplo. Yo soy un defensor del anti-ejemplo, alguna vez me gané enemigos con mi teoría. A grandes rasgos, se trata de relatar a nuestra descendencia los errores cometidos y como fueron resueltos. Estoy seguro que eso ayudaría mucho más que decirles mira mis valores y emúlalos. ¡La pindonga! Más aún si partimos de la base en que los hijos hasta la adultez nos van a considerar un poco pelotudos, y con razón, porque aunque tratemos de ocultarlo de muchas formas, alguien que vive con nosotros se termina dando cuenta. Los hijos nos ven alguna vez en todos los estadios del alma y eso es una herramienta importante que van a tener en la vida. Que recuerden que el viejo a veces se enojaba, o estaba melancólico, o cursi, o demostrativo, o desconfiado, o callado, o triste, o borracho, o filosófico, o músico, o ácido, o agresivo, o indiferente; pero tarde o temprano volvía al equilibrio. Ese es el ejemplo que van a atesorar, al menos de mí: tarde o temprano volvía al equilibrio. Y no es que yo sea un maestro Zen, la vida tiende al equilibrio aunque muchas veces factores externos nos descolocan y nos sacan del eje. También van a saber que el equilibrio va cambiando y después de algunas situaciones se corre, especialmente después de las pérdidas de seres queridos. También espero que sepan que equilibrio no significa felicidad, pero que si la van a encontrar, ayuda bastante un poco de paz.
Volviendo al principio, a mi edad la idea de la muerte propia se torna palpable, y la seguir fumando no ayuda mucho. Por eso me pongo a pensar en qué les voy a dejar. Por un lado está la herencia que no es mucho ni poco; y por otro lado el legado. ¿Qué es más importante? Supongo que el legado, que podría ser un conjunto de herramientas que les permitan prescindir de la herencia y poder encarar la vida con energía. Espero poder des aconsejarlos lo mejor posible y espero vivir para verlos adultos. Y verlos felices y que encuentren personas que valgan la pena. Y que me sigan sorprendiendo como lo vienen haciendo por más de dos décadas.
Hecho este descargo, me voy a gastar la herencia, total el legado esta bueno…