mayo 19, 2009

PASADO PISADO

Muchos afirman que la vida es una sucesión de errores y que la felicidad son pequeños bocaditos que nos regala la realidad para que sigamos insistiendo en eso de vivir.
Otros, más optimistas, dicen que los errores no son errores sino elecciones que de alguna forma tomaron caminos inesperados. Me gusta más esa teoría, la idea de inesperado suele ser oscura y mal vista, aunque la mitad de las cosas inesperadas que nos suceden son agradables. Quizás consideramos como inesperadas sólo las cosas desagradables y no dejamos lugar a las cosas bonitas. Sin embargo no medimos con la misma vara de inesperado chocar con el auto a recibir un llamado de alguien a quien extrañamos. Las dos situaciones presentan la misma sorpresa pero tendemos a sobrevalorar la situación desagradable por sobre la alegre.
Hace días que vengo elaborando una teoría. La conclusión es que es suficiente un solo momento feliz en la vida para considerar que todo lo hecho antes de ese momento valió la pena. Si consideramos que la vida es una cadena infinita de decisiones donde una cosa lleva a la otra, no quedan dudas de que los errores anteriores fueron los que nos llevaron al momento feliz y que si hubiésemos cambiado un sí por un no hace dos años, nada de lo que hoy sucede sería así.
También (o tampoco) podemos estar seguros de que si hubiésemos tomado otras decisiones la vida nos habría sonreído por otros lados, eso sí, quitándonos las alegrías que conseguimos por este.
Al fin y al cabo, el pasado es inalterable (al menos por ahora) y lo único que tenemos por delante es el futuro que se volverá inquebrantable al momento que lo pisoteemos.
Lo pasado, pisado dice el dicho, el problema es no permitir que ese tiempo pasado ya pisado nos llene la cabeza de culpas y rencores difíciles de superar.
Hace muchos años tuve una psicóloga muy agradable, ella me dio la clave aunque aun no he podido llevarla a la práctica en su totalidad. Ella me aseguró que si uno no se perdona los errores, no podrá avanzar. Tenía razón. Es un trabajo duro, una lucha sin cuartel contra el pasado donde muchas veces creeremos darla por perdida, pero si consideramos que esa lucha es parte de nuestro pasado, podremos perdonarnos las derrotas y seguir intentando.
La felicidad es inesperada, podemos esperar logros, ascensos, dinero, mujeres, lujos, etc. pero nunca sabremos de qué lado vendrá la alegría pura, llena de cosquillas y deseos de eternidad, ella puede aparecer por cualquier frente, el menos pensado o el más común de todos, solo debemos relajarnos y dejar que nos inunde, mañana será una reserva anímica para superar imprevistos de los malos.

Cruz J. Saubidet®