noviembre 19, 2007

Una cosa lleva a la otra. (Parte 1)

Siempre pienso que he llegado tarde a este mundo que me ha tocado, yo debería haber nacido hace miles de años y de esa manera habría disfrutado de mi anarquía. Porque yo soy anárquico. Aunque comprendo con claridad los controles gubernamentales y a la policía como males necesarios, nunca voy a terminar de aceptar que instituciones poderosas mantenidas con los impuestos limiten mi deambular por este mundo que me ha tocado en suerte. Sé con claridad que los controles y las leyes son imprescindibles, pero no por ello dejan de incomodarme.
Hace seis o siete años, invadió la Argentina una epidemia de ladrones. Siempre hubo ladrones; y mi país ostenta, casi con orgullo, un lugar de privilegio en esos aspectos. Pero la dolencia de esos tiempos fue significativa porque, si en la época “menemista” muchos que se quedaban sin trabajo ponían un kiosko, con De la Rua y los subsiguientes las opciones se acotaron a cartoneros y “chorros”.
De los primeros se han realizado miles de estudios, escrito ensayos diversos y, cualquier periodista con ansias de “progre”, realizaba un programa sobre ellos viajando en los trenes que cada tarde los llevaban del conurbano a Buenos Aires en busca de lo que tiran los que aun tienen algo que tirar. Por eso no hablaré de ese grupo y sí del segundo. Leer Más...

Cruz J. Saubidet®



Blogalaxia:


Technorati:

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy Argentina y mi esposo es herrero,te cuento que lamentablemente se trabaja mucho por la inseguridad que hay,no nos hace felices eso,porque el herrero como todo laburante y persona digna en este pais trabaja de sol a sol para que cuando llegue a casa aparezcan dos jovenes,te apunten y te roben la moto,que es herramienta de trabajo,o para que te levantes en las mañanas y encuentres tu taller vacío porque algunos sinvergüenzas se robaron todas tus máquinas y herramientas las cuales te costaron años de trabajo,es verdad que algunos talleres se enriquecen pero son pocos,a todos nos es duro salir a la calle y no saber si no te matan por un peso,me siento muy desprotegida y temo por mi familia es muy duro salir adelante,saludos

Anónimo dijo...

Pero no queda otra asi que al mal tiempo buena cara

Don Mike dijo...

Que buen relato sr, hasta dan ganas de partirle la madre a laguien de esa manera..jajaja

estare atento para la siguiente entrega.Y oues en todos lados se cuecen habas.