mayo 18, 2006

El difícil arte de hablar idiomas foráneos (o locales)


Hace un tiempo leí un libro de Julia Álvarez titulado “Sobre como las chicas García perdieron el acento” La historia era entretenida aunque no conquistó mis sentidos y lo olvidé en cuanto concluí sus páginas.
Pero la palabra “acento” o “tonada” ha quedado dando vueltas por mi cabeza, e incluso me ha desvelado el deducir ¿cuando? los latinos en USA perderán el acento o el idioma.
¿Cuántas generaciones necesita una familia para considerarse norteamericana?
¿En cuantas generaciones se pierde el idioma original para adoptar el del país que se habita?
Hace unos días los medios latinos hicieron eco sobre un señor mayor, hijo de mexicanos, que NO apoyaba las marchas inmigrantes, puesto que él se consideraba estadounidense.
Lo interesante de vivir en una ciudad cosmopolita es que está a la vuelta de la esquina la posibilidad del debate con personas de muchos países.
En este momento histórico, existe una exaltación del latinismo en todas sus formas, todos somos latinos, incluso aquellos que no lo son.
Entonces surge una nueva pregunta ¿Quiénes son estadounidenses? ¿No basta con ser ciudadano para considerarse tal cosa?
En las marchas del primero de mayo me encontré con una señora que caminaba junto a sus hijas con carteles que decían: “Mi bisabuelo fue inmigrante-Irlanda 1896” Ella era una norteamericana con todas las letras, pero admitía que la situación de sus ancestros era similar a la que viven los latinos (y muchos otros inmigrantes) hoy día.
En Argentina, la ola inmigratoria europea se extendió desde 1880 hasta 1950 y llegaron millones de personas huyendo del hambre de un continente diezmado por guerras y rencores. Italianos, españoles, alemanes, polacos, franceses, ingleses, etc. se instalaron en la nueva tierra y debieron amoldarse al idioma y las costumbres. Al día de hoy, su descendencia es argentina, habla español, come asado y toma mate. Por supuesto que el idioma fue un poco modificado por las nuevas culturas, pero hablan español y se sienten argentinos.
Un amigo mexicano, me asegura que por más que pasen años, un chaparrito mexicano lo seguirá siendo por más generaciones y ciudadanía que obtuviera. Eso me hizo que recordara a mi amigo Jorgito Kakazu que era tercera generación argentina y nieto de japoneses (debo admitir que me costaba un poco identificarlo como argentino ya que su aspecto era 100% oriental); él rompió con el estigma familiar y se casó con una descendiente de italianos, el idioma japonés quedará relegado en la cuarta generación.
Considero que el idioma español perdurará muchos mas años en las familias inmigrantes de Estados Unidos puesto que 40 millones de personas lo hablan y existe una infraestructura prácticamente bilingüe en todos los organismos del estado y en el comercio. También tengo claro que depende de los padres mantener el idioma en sus hijos, y eso ya es una cuestión personal. Pero, a diferencia de lo que sucede o sucedió en muchos países con sus inmigrantes, este permite mantener el idioma en casi todos los aspectos de la vida.
Existe otro problema idiomático preocupante, aún más grave y complicado: Los hijos de inmigrantes reciben su educación y se comunican con sus pares en inglés. El nivel de lenguaje que adquieren, sin el apoyo de padres que hablen bien el idioma, suele ser desastroso y los va a limitar el resto de su vida. No tienen quién los guíe en el buen uso del idioma y el que aprenden en la calle no les permitirá un ascenso social. En ese caso sucederá lo mismo que en los países latinoamericanos, aunque me pregunto si los padres latinos ponen todos sus esfuerzos en la educación de sus hijos como lo pusieron italianos, gallegos o judíos, que trabajaron sin tregua con un único objetivo, que su siguiente generación tuviera las posibilidades que a ellos les fueron negadas.
Cruz Joaquín Saubidet®


6 comentarios:

Fran Invernoz dijo...

Cuánta razón tienes y que buena reflexión haces sobre el lenguaje latinoamericano. Fíjate que la Real Academia Española (RAE) ha editado un diccionario con los americanismos de todos los países de nuestras latitudes. Interesante el comentario y el blog.

Don Mike dijo...

bien sr..buena reflexion, a mi me encantaria mas que aprender ingles, frances etc...me gustaria aprender nahuatl.Saludos....
A mi me gusta el acento de los argentinos, de los brasileños, del la gente del bajio y norte de Mexico...la fonetica de los idiomas es singular y seductor...o no sr...saludos

Euphorbia dijo...

Cuando era adolescente quería aprender esperanto, pero mi padre que es muy pragmático me dijo que si él tenía que poner el money que empezara con el inglés. Ahora ya hablo inglés, más o menos, pero mi acento es terrible y además no da la impresión que lo pueda arreglar.

(me pasaría más por aquí pero tu página me da errores y me cierra el explorer...)

Saludos,
Gemma

EL ATEO dijo...

El estadounidense latino se considera norteamericano, cuando se integra en algun nicho de su sociedad y se cree" aceptado; cuando aun no siente ese cobijo, recurre a la madre patria, pero siempre, buscando la proteccion que el nacionalismo ofrece a los desposeidos...

Cruz J. Saubidet dijo...

Martin: Gracias, es cierto que los idiomas mutan y los diccionarios terminan aceptando palabras foraneas.

Mike, de acuerdo con ud.

Gemma, es una suerte que no te dejaran, el esperanto ha desaparecido. Recuerdo la revista Anteojito que cada numero traia palabras traducidas a varios idiomas, entre ella el esperanto. No fue lo que se esperaba y el inglés ganó la puja. A mi me pasaba lo del explores, entonces puse Firefox y anda perfecto; mas tarde me entró una actualización del explores y ahora funciona bien en ambos.

Ateo, triste pero real, saludos

Anónimo dijo...

Lindas charlas de Bar... te faltó hacer un comentario sobre la gordita que dirije el transito. jajajaja