El proceso
de caracterizar a una persona requiere apartarse lo suficiente como para poder
mirar el panorama completo.
Como
cuentista amateur, siempre he necesitado distancia y tiempo para componer un
personaje basado en alguna persona conocida. En este momento no podría escribir
sobre mis compañeros de laburo o sobre mis hijos, mi mujer, incluso mi familia
cercana de Argentina. La separación debe ser total y prolongada para lograr
algo parecido a una realidad.
Esto surge
de una frase harto-escuchada por todos: “me vas a valorar cuando ya no esté”
Claro que
esas palabras en forma de reproche o requerimiento de valoración pueden
convertirse en un arma de doble filo, porque a la distancia pueden suceder dos
escenarios; o que valores o que te des cuenta de que sobre valoraste. Son los
riegos que se corren cada vez que desafiamos o hacemos solicitudes.
Muchas
teorías acerca de las parejas consideran que las rupturas y regresos nunca son
convenientes. No puedo confirmarlo, pero tengo la sospecha que la única forma
de conocer realmente a tu compañer@ de vida es un alejamiento digamos de entre
seis meses a un año. Peligroso dirán
algunos, innecesario pensarán otros, “no sé” diré yo que no estoy seguro de
nada.
Las
segundas vueltas nunca son buenas aseguran las señora con ruleros, puede que
tengan razón, pero supongo que si fracasan es porque no supieron aprovechar el
tiempo de soledad para meditar y sentir; y el regreso se debió a causas simples
como el temor a la soledad o inseguridad financiera o los hijos.
Con los
lugares pasa algo parecido, si bien nunca estuve muy enojado con Argentina
aunque no era fácil vivir allá, tuve que trasladarme bien lejos para darme
cuenta de muchas cosas positivas e interesantes que tiene mi país así como
también otras cosas bastante fuleras que pasaron, pasan y pasarán.
Y extraño
Argentina, casi tanto como supongo se debe extrañar un gran amor, pero la
balanza todavía no se inclina para el lado del regreso. La diferencia principal
en la analogía radica en que el regreso en el amor depende de dos decisiones,
en cambio Argentina siempre va a estar ahí, desinteresada en recibirme pero con
algunos abrazos a la vuelta de la esquina.
Cruz J. Saubidet®
Cruz J. Saubidet®
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