mayo 26, 2017

¡Ya me vas a extrañar! (versión español)

El proceso de caracterizar a una persona requiere apartarse lo suficiente como para poder mirar el panorama completo.
Como cuentista amateur, siempre he necesitado distancia y tiempo para componer un personaje basado en alguna persona conocida. En este momento no podría escribir sobre mis compañeros de laburo o sobre mis hijos, mi mujer, incluso mi familia cercana de Argentina. La separación debe ser total y prolongada para lograr algo parecido a una realidad.
Esto surge de una frase harto-escuchada por todos: “me vas a valorar cuando ya no esté”
Claro que esas palabras en forma de reproche o requerimiento de valoración pueden convertirse en un arma de doble filo, porque a la distancia pueden suceder dos escenarios; o que valores o que te des cuenta de que sobre valoraste. Son los riegos que se corren cada vez que desafiamos o hacemos solicitudes.  
Muchas teorías acerca de las parejas consideran que las rupturas y regresos nunca son convenientes. No puedo confirmarlo, pero tengo la sospecha que la única forma de conocer realmente a tu compañer@ de vida es un alejamiento digamos de entre seis meses a un año.  Peligroso dirán algunos, innecesario pensarán otros, “no sé” diré yo que no estoy seguro de nada.
Las segundas vueltas nunca son buenas aseguran las señora con ruleros, puede que tengan razón, pero supongo que si fracasan es porque no supieron aprovechar el tiempo de soledad para meditar y sentir; y el regreso se debió a causas simples como el temor a la soledad o inseguridad financiera o los hijos.
Con los lugares pasa algo parecido, si bien nunca estuve muy enojado con Argentina aunque no era fácil vivir allá, tuve que trasladarme bien lejos para darme cuenta de muchas cosas positivas e interesantes que tiene mi país así como también otras cosas bastante fuleras que pasaron, pasan y pasarán.

Y extraño Argentina, casi tanto como supongo se debe extrañar un gran amor, pero la balanza todavía no se inclina para el lado del regreso. La diferencia principal en la analogía radica en que el regreso en el amor depende de dos decisiones, en cambio Argentina siempre va a estar ahí, desinteresada en recibirme pero con algunos abrazos a la vuelta de la esquina.
Cruz J. Saubidet®

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