octubre 16, 2007

¿ES SANO RELATAR EL PASADO?

¡Pero no, corazón! Son cosas que la gente dice, no para perjudicarme, sino para quitarte a vos la ilusión de que lo nuestro realmente funciona y funcionará.
Todos tenemos pasado, para que negarlo, pero la clave para que los tiempos pasados no nos condenen se llama crecer, o madurar que sería lo mismo pero con gusto a fruta.
Que haya tenido actitudes desdeñables y atragantadas de urbanidad en años anteriores, no implica que las siga teniendo hoy día.
¿Fui malo? Depende del cristal con que se mire. La maldad es un concepto demasiado resumido para los tiempos que corren. Lo mismo para la bondad, que tiene casi siempre implícita esa concepción espiritual de trascendencia que siempre detesté.
Al fin de cuentas, mi amor, la maldad y la bondad son solo los caminos que se toman en pos de los objetivos, no vayas a creer que siempre la maldad es atajo y la bondad demora porque caeríamos en lugares demasiado comunes para vos y para mí. Y no nos gustan los lugares comunes porque ya están demasiado pisoteados.
¿Qué querés saber de mi pasado? Yo te lo cuento sin problemas, pero me parece que algunas cosas te van a afectar. A lo que te cuente, deberíamos ponerle etiquetas, las amarillas van a ser los arrepentimientos y las verdes, los sucesos inevitables. Así y todo vamos a discrepar en los colores y te repito que vas a rogar que me arrepienta de las etiquetas verdes y me vas a querer menos cuando me niegue.
Antes de eso te quiero aclarar que tu pasado me interesa solo de manera anecdótica, no quiero escuchar de tus amores antiguos, ni tus sesiones de sexo desenfrenado con tal o cual, ni los pasos de tus trepadas laborales. O mejor dicho, quiero enterarme poco a poco de todo eso, quiero que dentro de tres años, tras un orgasmo compartido me cuentes, entre sonrisas, tus historias de cama. O dentro de diez años, envalentonados ambos con vodkas o tequilas, enterarme como llegaste a ser la profesional que eras cuando te conocí. Pero quiero que las historias de tu vida se inserten en un marco de comodidad, donde lo que digas ya esté aceptado de antemano.
Tené en cuenta, y no creas que doy vueltas al asunto para escaparme, que todo lo que hice es pasado y no hay forma de cambiarlo. Soy producto de lo que hice, no lo niego; pero me gusta mucho más sentirme producto de lo que quiero hacer y vivir en función de eso. Ahí estás vos, ahí estamos los dos y me gusta la situación de proyectar juntos lo que vendrá.
Pero está bien mi amor, entiendo que quieras saber y te voy a contar todo con el riesgo de perderte.

Cruz J. Saubidet®



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Alo alo Cruz, sólo quería recomendar un blog desquiciado con desvaríos literarios para pasar el rato leyendo bloggerías delirantes y quejas varias: igualnadievaaleeresto.blogspot.com (sí, esto es una promoción desvergonzada). Saludinis. :P

Anita dijo...

Tu blog se abrió en mi pantalla, mientras buscaba un tema de Gianni Morandi "Para poder vivir".
Leí tu carta y me quedo con una sensación un poco amarga.
Tal vez sea porque soy muy desconfiada.

Te deseo suerte en este proceso de abrir tu pasado a tu linda esposa.

Abrazos con todo cariño.

Anita.

Anónimo dijo...

Tu post me encanto, dices cosas muy ciertas.