junio 29, 2007

La muerte desde cerca. Parte 1

Al mediodía de ese viernes mi mujer me llamó a la oficina y me contó que por la esquina del edificio donde vivíamos había pasado una persecución policial con disparos, sirenas y frenadas varias. Solo pensé: Que suerte que no había salido a pasear con mi hija de pocos meses, era septiembre de 2000.
La sensación me duró un rato pero después el trabajo ganó terreno en mis pensamientos.

Ese día, también al mediodía, Rafael pasó a buscar a Manuel para ir a almorzar a Mc. Donalds. Subieron ambos al ciclomotor y marcharon por la avenida, despacio, en dirección Norte-sur.
Quince minutos después del llamado de mi esposa, el Peugeot 205 robado y ocupado por los asaltantes iba en la misma dirección, ya con los vidrios destruidos producto de los balazos. El su huida se subió a la vereda el preciso instante en que Rafael y Manuel pasaban, haciendo volar la motito y sus ocupantes a vez que se estrellaba contra un portón. Diez patrulleros rodearon el Peugeot, los policías disparaban a mansalva desde sus autos y los delincuentes respondían.
Rafael y Manuel estaban en el suelo, Rafael no se movía pero Manuel atinó a arrastrarse y ponerse a salvo de los disparos. Sus movimientos alertaron a los policías y los muy bestias le dispararon hasta que dejó de moverse.

Salí del trabajo y pasé a visitar a mis hermanas, las encontré pálidas y escuchando la radio, el locutor decía: “Baño de sangre en San Isidro, persecución tiroteo y muerte en la avenida Centenario, dos inocentes caídos, Rafael ... murió en el acto; Manuel ... lucha por su vida en el hospital central de San Isidro”
-¿Están hablando de Manolo?
-Sí Cruz, te estábamos esperando para ir al hospital.
-Vamos ya, ojalá que sea un error, pero es Manolo, 19 años, estudiante, músico, mierda, vamos.

Salir de Buenos Aires en hora pico es un trabajo difícil, el taxista hacía lo que podía pero avanzábamos muy despacio mientras que la radio repetía la noticia y nos confirmaba que Manolo era Manolo y Rafael era Rafael. Bajamos cerca de la estación de tren y subimos en silencio y así seguimos los 25 minutos del viaje.
De a ratos pensaba en Rafael y no podía creerlo, pensaba en sus padres a quienes conocía bastante, pensaba en el dolor indescriptible de perder un hijo, peor aún, un hermano de Rafael había muerto tres meses antes en un accidente de avión.

Legamos al hospital y confirmamos la noticia, abracé a mi tío, mi tía y mis primos, Manolo estaba en quirófano y los médicos hacían lo que podían. La recepción estaba plagada de periodistas pero no hablé con ninguno, el intendente se puso a disposición de la familia y la municipalidad correría con todos los gastos. Pasaron varias horas, Manolo salió de quirófano, le habían sacado varias balas del cuerpo pero muchas seguían alojadas en su pierna y en su espalda. A las 11 de la noche pudimos verlo, entré a la sala de terapia intensiva con barbijo, guantes y guardapolvo. Manuel estaba conciente, me acerqué, le agarré la mano, le di un beso en la frente y le dije que pusiera mucha fuerza que iba a andar bien. Manolo sonrió y cerró los ojos.

Continuara.....


junio 25, 2007

Segundas vueltas, primeros pasos.

Es imprescindible para un político haber tenido profesores muy malos, porque mentir es decir lo contrario a lo que se sabe, por lo tanto, si aprendieron cosas erradas y mentirán “por profesión”, mas vale que lo aprendido estuviera equivocado. Con suerte se les escapará alguna verdad de vez en cuando.


Hace mucho que no escribo política, pero cuando mis pronósticos se van dando me parece que debo dedicarle algunas letras al tema. Aunque el tema no es la política, quizás la palabra “soberbia” sea la que viene al caso.
Hace tres años, el presidente argentino Néstor Kirchner llegó a la Casa Rosada con poco más del 20% de los votos, ya que debía competir en segunda vuelta con Carlos Menem quien había llegado al techo de sus votantes en la primera vuelta y optó por retirarse de la segunda en vistas de una abultada derrota.
A partir de allí, el presidente manejó los hilos del país de una forma diferente que en un primer momento me simpatizó. Pero, al contrario de la lógica, su nueva forma de gobernar, se vio opacada rápidamente por sus ansias de poder, de todo el poder, peor aún, la ostentación todopoderosa de él y hasta de su gabinete.
La formula es una sola: negar lo malo, destacar lo bueno; el resto es silencio, ese silencio cargado de murmuraciones que denotan operaciones políticas hasta para la elección de los zapatos de la primera dama. Nada ha cambiado en realidad, solo una cada vez más débil coraza de “izquierda” y “derechos humanos” que convence cada vez a menos personas.

Hace tres semanas, la ciudad de Buenos Aires eligió a su jefe de gobierno. El candidato oficialista (y ministro nacional de educación) Daniel Filmus, accedió a la segunda vuelta electoral con una diferencia de 25 puntos detrás del ganador Mauricio Macri. Sin embargo, lejos de retirarse y hacer ahorrar al país el tiempo y los millones que significan una segunda vuelta electoral, la orden presidencial fue pelearla hasta las últimas consecuencias y competir pasara lo que pasara.
El triunfo del candidato del presidente solo era posible si el 30% de la gente que no había votado a ninguno de ellos lo votaba a él. Algo impensado en cualquier cabeza normal, se habló durante 20 días como una “seria posibilidad” Para eso, el gobierno utilizó muchas cartas guardadas bajo la manga en función de desprestigiar algunos personajes cercanos al candidato y que si bien tuvieron éxito sobre los implicados no afectaron a Mauricio Macri, que anoche triunfó con el 61% contra el 39% del candidato presidencial.

Al mismo tiempo en que Buenos Aires pasaba a manos opositoras, la provincia más austral del país hacía lo propio de la mano de una mujer (Fabiana Ríos), que le ganaba al candidato oficialista (Cóccaro) y le regalaba al ARI de Lilita Carrió la gobernación de Tierra del Fuego.

Los vientos del sur son distintos a los que corren en Buenos Aires, pero si la política sigue sus causes normales, van a desparramarse con velocidad.
Santa Fe y Santa Cruz cambiarán de manos, Mendoza es posible, con Córdoba nunca se sabe y el vicepresidente va a tener mucho trabajo para ganar en provincia de Buenos Aires.
¿Qué hará el presidente Kirchner ahora?
¿Propondrá a su mujer a la presidencia como amagó hace un tiempo?
¿Se presentará él en octubre para asegurarse un último mandato?
Podría usar la “carta” de la humildad y aceptar sus errores, pero ha leído mucho y en ningún libro los emperadores piden perdón por sus actos.

Cruz J. Saubidet®
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junio 20, 2007

De un lugar a otro

-Esta mina me va a traer problemas- dijo Julián mientras ponía en marcha la cafetera del estudio.
-¿Vas a negar que está buenísima?- Contesté al tiempo que abría la cajita con facturas que cada mañana comíamos como un ritual antes de empezar a trabajar.
-Buena está, y es muy capaz en su trabajo, pero... no sé, tengo un rara sensación que ojalá se me pase pronto.
-Vos tenes miedo, cuando tu mujer conozca a la persona que contratamos para suplantarme se te va a armar fiera.
-Eso por un lado, pero es manejable, bueno, no me des bola, vamos a laburar que te queda poco tiempo.
-¿Seguro que querés que sigamos socios aunque me vaya?
-Si boludo, seguro, aparte no tengo la guita para comprar tu parte.
-Si querés te la presto, ja, sería como prestarme plata a mí, dejá nomás.
-Por otro lado estoy seguro que volvés en menos de un año.

-Esas cosas no tendrían que decir los amigos.
-Es que no entiendo por que mierda se te metió en la cabeza irte.
-¿Te acordás cuando te casaste? Yo tampoco entendí eso.
-No es lo mismo.
-Imaginate que me caso y me voy de luna de miel, el avión se cae y quedo varado en una isla tipo “Lost” pero con buena gente e Internet.
-Está bien, al fin de cuentas no vas a modificar la decisión.
-De ninguna manera, el jueves a la tarde me despido y me tomo el avión.
-Te voy a extrañar loco.
-Yo también, pero te dejo en buenas manos, Lucrecia va a saber ocupar su lugar acá.
-Lucrecia me va a traer problemas.
-Por lo menos está buenísima.
-Por lo menos eso, si me trae problemas al menos van a estar buenos.
Hace tres años que no veo a Julián, hace dos compró mi parte del estudio. Nos comunicamos cada vez menos. Lucrecia le trajo problemas, viven juntos en un departamento en Las Cañitas.
Yo sigo a las vueltas, abandonando socios por el mundo, el jueves sale mi avión, me voy a Sudáfrica, a Capetown, dicen que el clima es parecido al de Buenos Aires.

Cruz Saubidet®
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junio 11, 2007

El sexo y los medios de comunicación.

La forma de encarar los temas sexuales en los medios de comunicación masivos están equivocadas y si la situación sigue así no va a llegar a lugar alguno.
La televisión de EEUU (especialmente la latina) empaña digitalmente las imágenes supuestamente nocivas a la moral, de esa manera, un desnudo en una película va a salir con círculos opacos sobre las tetas y la entrepierna de la actriz, (incluso en el horario de protección al menor) También los pitidos sobre las palabras inapropiadas son comunes.
Sin embargo, a las tres de la tarde en cualquiera de los programas espantosos, una mujer pregunta a la conductora:
"¿Por qué los hombres dicen que las latinas fingimos el orgasmo?" Y la conductora, con acento centroamericano dice:"No solo las latinas, chica, la mayoría de “nosotra” alguna vez lo fingimos, porque los “hombre” no saben como proporcionarnos el “candó” necesario previo a la penetración, “mucho deyos” ni saben donde está el “clítori” y no tienen idea como estimular nuestras vaginas.
Esta conductora que se cree muy avanzada en cultura, no sabe absolutamente nada de sexualidad porque le falta el tacto y la capacidad para distinguir el canal de comunicación que está utilizando.
Ser sabio puede significar “la nada” si la exposición de los conocimientos está mal dirigida.
Si mi hija hubiera mirado ese canal (podría haber pasado, a las 3.30 de la tarde), yo debería haber utilizado muchísimo tiempo y esfuerzo en explicarle que es el orgasmo, el clítoris, las estimulación vaginal y la penetración. Por suerte no lo vio, pero eso me implicó bloquear los canales con programas de ese tipo, que son la mayoría.
La cuestión es que si ese programa hubiera sido a la noche no me habría molestado, me parece perfecto que se hable de sexo, pero si se va a hablar de temas adultos háganlo en un horario acorde.

Aparentemente, si el sexo no se toma por el lado de la ciencia, se mancha, se oscurece y se transforma en algo que no puede conversarse a los cuatro vientos sin caer en las garras de la impureza y el pecado.

¿Es pecado coger como Dios manda? Perdón, Dios no manda a eso, solo lo sugiere como un acto de procreación, en realidad admite el placer ¿cómo negar un orgasmo? Lo que no acepta son los métodos para frenar todo lo que los espermatozoides quieran hacer con el óvulo. Pero ese es otro tema.

No a todos nos gusta el cine, ni la música, ni la literatura, ni los cuadros; sin embargo a todos nos gusta el sexo, y nos gusta como el principal de los entretenimientos. Eso lo sabemos y, a pesar de esa verdad, en las secciones al respecto no figura el sexo como el principal, incluso ni siquiera figura.

En la actualidad no existe publicación o programa de TV que se tome el sexo como corresponde. Unos se van para el lado de la ciencia (Psicología y sexología incluidas) y le quitan toda la atmósfera interesante y otros agarran para el lado más chabacano y prefieren agregarle “equis” a los informes. ¡Mierda ambos!

La única forma de hacer entretenido el sexo es emulando una charla entre amigos o amigas donde no se repara en la posibilidad de disgustar al otro y se conversa con naturalidad. Se descubren muchas cosas del otro y casi siempre se puede aprender algo.
Eso sí, si hay niños cerca cambiemos de tema.

Cruz J. Saubidet®

junio 05, 2007

Confusiones sobre el tiempo y el espacio.

Recuerdo, cuando era casi un niño, que deseaba viajar en el tiempo para evitar hacer las “cagadas” que me mandaba casi a diario y que en general implicaban algún castigo. Con el tiempo y al ver imposibilitada esa posibilidad, ante las grandes “macanas” solía pensar que mi propia muerte era la solución más conveniente para evadir el lío provocado, pero no debo haberlo pensado en serio ya que nunca intenté, como pensaba en mis treces, tirarme bajo el colectivo de la línea 3 que pasaba por la puerta de mi casa.
La vida adolescente me fue quitando esos pensamientos (y de los otros también) y durante algunos años nada lograba preocuparme demasiado.
Hasta que vi la película de James Cameron “The Terminator” o “Terminator” como se llamó en Argentina a mediados de los 80. Arnold Schwarzenegger hacía de un robot que venía del futuro para evitar que naciera John Connor, hijo de Sarah Connor, una linda Linda Hamilton que al final es igual a Sandra Bullock pero un poco más “heavy”. Por supuesto que atrás del robot, el propio John (desde el futuro) había mandado a su amigo a defender a su madre, sabiendo que terminarían revolcándose y engendrando al futuro héroe de la resistencia contra las máquinas que en el futuro ganarían inteligencia propia aunque artificial y dominarían el mundo.
A partir de Terminador volví a fantasear con los viajes en el tiempo y la posibilidad (o imposibilidad) de cambiar el futuro a través del pasado, porque está comprobado que el pasado se puede cambiar desde el futuro, aunque no nos damos cuenta porque lo que pasa depende de lo que ya pasó y más aun de lo que pasará.
Los enramados vericuetos del cerebro generan teorías que se expanden de la misma forma que los espejos enfrentados, o sea hasta el infinito.
El tema pasado-presente-futuro como elementos que juegan entre sí, confunde mucho, incluso no estoy seguro que mí presente sea el mismo que el de mi vecino, el de mi hija o el de mi mujer.
Después de varios años, de la mano de mi hija, el tema volvió a mi cabeza gracias a “The last mimzy”, donde a fuerza de muchas preguntas tuve que hacer un esfuerzo (gráficos incluidos) para explicar el “tiempo” de una manera didáctica y poco convincente para mí, aunque mi pequeña quedó conforme. Así y todo, que de vez en cuando siente unos socavones al respecto y me los comenta.
Me imagino al mundo como una suma de presentes paralelos e invisibles que casi nunca se juntan y que conviven más allá de lo que mi cerebro (y el de la mayoría) puede comprender. Al igual que muchos aceptan dogmas de fe sin cuestionarse demasiado, yo acepto eso como una verdad, el pasado y el futuro están en el exacto lugar que piso, pero en otra dimensión imperceptible para mis sentidos.
La película Deja Vu, de Tony Scott pero con el sello de Jerry Bruckheimer habla sobre eso. Si bien decae en el final, la trama es interesante. Por accidente, unos científicos descubren la posibilidad de ver un pasado paralelo a una distancia de cuatro días y medio en el tiempo y con eso investigan los crímenes, con una contra: luego de 4 días y medio descubrir al criminal suele resultar tarde.
El interrogante, al igual que en las tres “Terminator” es si es posible cambiar el futuro volviendo al pasado, en la trilogía del gobernador de California parece que no, en Deja Vu se deja abierta la posibilidad de poder cambiar un poco, aunque torciendo un poco las cosas y por eso remarco que el final deja algunos baches.

Borges nos contó de un Aleph, Ana Belén de “La puerta de Alcalá”, Mempo Giardinelli de la suma de toda la literatura y Pablo milanés del tiempo que pasa y nos ponemos viejos. Yo no quiero ser menos. Claro que tendrán que esperar unos años, pero no es para preocuparse, en realidad ya está hecho pero todavía no lo escribí.

Cruz J. Saubidet®